2015 punto de inflexión
Un
año que empezó con un cajón cargado de sueños. Aunque la intención era ir
vaciando gradualmente ese cajón, lo que ha hecho ha sido crecer y crecer hasta
tal punto que está a punto de explotar. Es necesario esta ocupación de sueños
en mi cajón, ya que a corto plazo no los puedo realizar y este párrafo no será
aquel en el que prometa, vagamente, que serán cumplidos en 2016 ya que sé que
no será así sino que estos sueños, alguno de ellos al menos, se verán hechos
realidad en 2017 si la vida me lo permite.
Diréis:
“¿pensar en cosas que van a suceder de aquí a un periodo de 2 años no es
arriesgado? En 2 años pueden pasar cantidad de cosas”. Lo es. Es arriesgado,
pero ¿qué es la vida sin una pizca de riesgo? A lo largo de estas líneas os
contaré cuales son mis planes futuros. De momento seguid leyendo tranquilamente
que tengo mucho que contaros.
Lo
del carpe diem, vivir el momento y el día a día está muy bien en la teoría,
pero en la práctica me parece el mayor de los actos de hipocresía. Si eres una
persona que ha conseguido dejar atrás el pasado es que aquello no fue
importante para ti. Y cuando digo dejar atrás el pasado me refiero tanto a las
cosas buenas como a las malas. Cuando un corazón se rompe, se aprende, cuando
cometemos errores sabremos como subsanarlos la próxima vez; por eso dejar el
pasado en el pasado no es una filosofía de personas fuertes. Al contrario, es
una filosofía de vida para las personas débiles que no se ven capacitadas de
pensar en todo aquello que les hizo mal. De la misma manera, si eres una
persona que no piensa en el futuro, tu vida estará vacía. Lo que nos motiva a
continuar en la vida son las metas, los sueños… Si no tenéis metas ni
propósitos ¿cuál es el sentido de vuestras vidas? No me malinterpretéis, seguro
que encontráis sentido por asuntos muy diferentes. Es solo que en mi cabeza es
difícil mantener esa concepción.
Siempre
he sido un niño muy soñador que andaba en las nubes. Citando uno de mis libros
favoritos Fulminado por un Rayo de
Chris Colfer (altamente recomendable) yo encajo a la perfección con la descripción
de aquel niño sobre el que escribía Carson Phillips dentro de la novela: “Había
una vez un niño que quería volar… Había una vez un niño que voló.” ¿Por qué se
parece aquel niño a mí? Si me preguntan por mi infancia los tres recuerdos que
más intensamente continúan dentro de mi cabeza son la visión de un niño que se
subía a los brazos del sofá y se lanzaba pensando que podía volar como Peter
Pan, un corte que me hice a los cinco años cuando se me ocurrió la genial idea de intentar cortar queso
(aunque esto no tiene repercusión, pero es anecdótico) y aquel niño que en la
encimera de la mesa se tiraba en los brazos de su padre gritando “hasta el infinito
y más allá”. Por aquel entonces, pensaba que volar era aquello, mantenerse en
el aire cual pájaro y poder viajar a lugares inesperados con el tiempo me he
dado cuenta que la capacidad de volar para las personas no es algo
inalcanzable, pues no hay mejor vuelo que el de nuestros pensamientos a través
del mundo. El Christopher de 5 años era aquel niño que quería volar. El
Christopher de 21 es el que ha volado y ha descubierto un mundo completamente
nuevo.
Si
seguimos con mi infancia, yo era de aquellos niños que siempre inventaba
historias con los muñecos. Os sorprendería ver las que armaba cuando juntaba a
los playmobil, con figuras de pokémon, un juguete de Spiderman, sin dejar atrás
a los Action-Man y las Barbies de mi hermana. Puede que esto suene aún más
estúpido y raro (sobre todo raro) pero junto a mis juguetes tenía un trapo rojo
que siempre solía ponerme en la cabeza. Era curioso encontrar al pequeño Chris
con ese trapo rojo simulando el pelo de Ariel y cantando de memoria todas las
canciones de la banda sonora de la Sirenita. Llevo escribiendo relatos e
historia desde que tengo 17 y siempre pienso “me habría gustado empezar más
pronto, como J.K. Rowling o Laura Gallego”. Pero si echamos la vista atrás,
aunque esas historias no estén plasmadas en papel, eran historias. Cada día en
la vida de Chris era una nueva aventura y aquella alfombra era su estudio de
escritura. Como dato curioso, todos mis juguetes podían volar en las historias
que creaba.
Muchas
personas que conozco me dicen que soy una persona muy creativa. Es posible. Mi
cabeza es capaz de crear historias hasta de los detalles más nimios. Nunca se
sabe cuando un best-seller puede venir a tu cabeza. También acostumbro a hablar
solo en voz alta, me despeja la mente. Es como el pensadero de Dumbledore en Harry
Potter, con la salvedad de que yo no puedo sacar mis recuerdos para volver a
verlos, y lástimamente algunos acaban desapareciendo.
Y
pensaréis, ¿qué haces contándonos toda tu vida si ibas a hablar de 2015? He
llamado a este escrito punto de inflexión, y si os cuento todo esto es porque
ha sido este año cuando me he dado
cuenta de todo ello.
2015
ha sido un año en el que he reído, he llorado, he madurado (sobre todo esto),
he conocido a personas alucinantes y he desconocido por completo a personas a
las que creía conocer, he soñado, he escrito, he conseguido sanar mi corazón y
me lo han vuelto a romper en mil pedazos, he vivido y lo he hecho sin
importarme nada ni nadie más. Mi vida es mía y solo a mí me pertenece. Además, que
al final del camino, al final del túnel, hay una luz y no sabremos si allí nos
estará esperando alguien o no, pues la única persona de la que uno puede fiarse
100%, la única que sabes que va a seguir contigo hasta el final… Eres tú mismo.
La
familia y los amigos son importantes, de lo más importante en nuestras vidas,
pero igual que viene se puede ir y no te puedes permitir vivir a merced de los
demás. Si sueñas, hazlo porque eres un soñador, si vives hazlo porque quieres
vivir. Nunca se te ocurra hacer cosas para complacer a nadie porque en ese
preciso momento, no estarás viviendo tu vida. Estarás viviendo la que otras
personas quieren. Hemos tenido la suerte en nacer en las condiciones y la época
en la que hemos nacido y cada persona es completamente libre. No dejes que te
roben ese derecho.
Ni
el mismísimo viento es capaz de frenar un alma tan inquieta como la mía. A
pesar de que soy una persona muy calmada mis sueños son ahora mismo lo más
grande que tengo. Aquí es donde entra otra de las cosas importantes de mi 2015,
otra de esas que han supuesto un punto de inflexión. En 2014 una palabra
quedaría grabada en mi piel para siempre Courage.
Sabía que no era suficiente, por eso el 23 de junio de 2015 aparecería en
mi muñeca su eterno compañero Strength coronado
por un doble infinito. Aunque lo he explicado infinidad de veces, lo volveré a
hacer en estas líneas. Valor y fuerza son los dos pilares principales sobre los
que se asienta mi vida. Ambos necesarios, ambos vacíos sin el otro. Por eso era
necesario tenerlos a los dos. El doble
infinito representa esta necesidad que uno tiene del otro, esa unión. Además,
este símbolo a su vez es una metáfora
porque me gustaría, como ya adelantaba el joven Chris, llegar hasta el infinito
y tocar las estrellas. Una vez allí quiero formar parte del cielo, de la
galaxia, de la vía láctea. Sueños de ambición. No me gustaría ser una de esas 7
billones de personas que pasen por esta maravilla que es la existencia sin pena
ni gloria. Cuando muera, me gustaría que mi nombre fuese recordado, por mis
libros, mis historias, mis pensamientos… Quizá estoy pidiendo mucho. Algunos
creeréis que es imposible, pero también he dicho infinidad de veces que
imposible es mi palabra favorita ya que la imposibilidad está en aquello que nosotros
hacemos imposible. Si nos lanzamos al vacío nada es imposible y si las
posibilidades son de una entre un millón ¿por qué no ser esa una?
No
voy a hablar de que en 2015 se hayan acabado mis dos series favoritas, Glee y
Revenge y se haya estrenado la última película de Los Juegos del Hambre, pero
al menos tenía que mencionarlo. ¡Me han dado momentos maravillosos!
Risas,
llantos y madurez. Es lo que la vida nos tiene preparado a todos. Si todo fuera
del color de rosa, sería carente de sentido. A mí al menos no me gustaría que
todo fueran risas, los llantos son necesarios. La madurez también. El 23 de
septiembre cumplí 21 años y ha llegado la hora de dejar de lado al niño
inocente (no os preocupéis vive en mi corazón y siempre querrá volar como Peter
Pan) y convertirse en un adulto. Ya no soy un adolescente cuya meta principal
es agarrarse una borrachera cada fin de semana, de hecho hace tiempo que deje
de ver la gracia a salir todos y cada uno de los fines de semana con ese
propósito. Salir de vez en cuando está bien, disfrutar, reír, tomar algo con
los colegas… Pero estar tranquilo en casa, con una manta y un libro, viendo una
película o incluso trabajando, me parece mejor plan la mayoría de los días. He
pasado el ecuador de mi carrera, aunque no sé en qué momento ha ocurrido eso
porque el tiempo va demasiado rápido, en unos meses estaré haciendo mis
primeras prácticas de empresa, sacándome el certificado de inglés y quizá
trabajando. Hay tiempo para divertirse, sí. Pero también hay que pensar en el
futuro. Leer un libro me puede ayudar, quedarme trabajando frente al ordenador
también. Una noche entera de fiesta… pues una al mes está bien, más se me
empieza a hacer excesivo. ¿Me he vuelto un viejoven? Puede, pero si en un par
de años estoy ejerciendo de periodista, tengo mi estudio propio y escribo
libros que se venden como churros entonces habré tomado el camino correcto.
Porque no siempre el camino recto es el más directo.
Como
antes he dicho mi vida es solo mía. De nadie más.
Me
he dado cuenta que el mundo está movido por un simple interés. Las personas
actúan movidas por esos intereses. Duele que solo se vea lo malo de los demás
sin pararnos si quiera a pensar los buenos momentos, ya que esos son los que
deben permanecer más fuertes en nuestras cabezas. Pero aprendes, a tomártelo
con más calma, a no fiarte de ni tu propia sombre y te aseguras que el suelo no
esté lleno de cristales antes de dar cada paso. Los cuchillos vuelen como una
flecha y nunca sabes cuando el objetivo principal vas a ser tú.
Te
das cuenta de muchas cosas, de que personas valen la pena y cuáles no. A quién
sí y a quién no quieres en tu vida. Prefiero 5 amistades de verdad, que
aquellos que se llevan “bien” con todo el mundo y por detrás no hacen más que
darse puñaladas traperas a sangre fría. Y creedme, lo he visto con mis propios
ojos. Llevar auriculares puede ayudar a escuchar conversaciones ajenas en
ocasiones, porque piensan que no les escuchas pero no es así. Por si eso fuera
poco, intento que nada se escape a mi atención y estar al tanto hasta del vuelo
de las moscas como nos decía el que, hasta ahora, me ha parecido el mejor
profesor que he tenido durante toda la carrera. Os sorprendería ver los gestos de
asco que algunas personas ponen cuando habla su “amiga/o”. Secretos que me
llevaré a la tumba porque como me tiren de la lengua podría expulsar más
ponzoña que la resultante de mezclar a Dolores Umbridge y Lord Voldemort.
Y
mientras desconoces a personas que creías conocer, vas conociendo a otras
nuevas o reforzando las ya existentes. Tener una persona que siempre está
detrás de ti, con la que hablas a diario y que el día que no es así sientes que
te falta algo… No hay sentimiento mejor. Siempre he dicho que soy una persona
muy fuerte pero porque soy muy quebrada. “Serás feliz” – me dijo la vida – “pero
primero te haré fuerte”. Así que en ocasiones necesito mi refugio y sé que
puedo encontrarlo en algunas personas. En este mundo de locos yo me siento
incomprendido, pero sé que hay personas que se sienten de la misma manera. No
estamos solos. Nos tenemos unos a otros. Tanto personas que he conocido en
internet, como personas que están conmigo día a día.
Estudiando
periodismo y amando Eurovisión se me ocurrió que podría intentar entrar a
formar parte de alguna página web que se dedicase al festival. Fue entonces
cuando encontré Eurofanweb.com. A pesar de que en dos meses hemos tenido
nuestras idas y venidas, enfados, falta de comunicación y en ocasiones hemos
sentido que todo se iba al garete, hemos conseguido sacarlo a flote con unas
cifras alucinantes para una web nueva (más de 500 seguidores en twitter 3500
visitas en noviembre, 2800 en diciembre y una media de 100 por día). En
ocasiones he pensado que me he equivocado, que el periodismo no es lo mío ya
que no encuentro motivación alguna a narrar los sucesos del día, en ocasiones
incluso ni me entero de cosas que han pasado en mi país por simple dejadez.
Entonces me di cuenta de algo, para ser buen periodista no hace falta saber
sobre sucesos, política o economía. El periodismo es una rama muy amplia que se
puede especializar en muchas otras. ¿Por qué no algo que realmente me guste? La
música, los libros y Eurovisión. Disfruto escribiendo artículos y columnas para
eurofanweb, sonrío cada vez que trabajo para ellos. Ayer mismo dejé de estudiar
un tiempo para preparar una entrevista para Salva Beltrán (cantante español).
Si queréis ver mi sonrisa en mi cara, dejadme papel y boli o, en su defecto, un
ordenador con un documento de Word en blanco. Por eso quiero agradecer a
Sergio, Jose y Martita por aparecer en mi vida y que me dejen formar parte de
las suyas.
Soñar
y escribir son cosas que hago casi a diario así que no ha sido algo muy
novedoso de este año. Aunque, mis escritos han mejorado notablemente y la
re-escritura mi libro “My Sweet Lover” va viento en popa. Ya que la versión del
blog está un poco escrita a pies puntillas y, si todo va bien, desaparecerá del
mismo en unos meses. Además de esta, tengo otras 3 trilogías ya en mi cabeza
que irán apareciendo con los años. Y espero que estéis ahí para leerlas.
Empecé
2015 aún recogiendo los retazos de un corazón roto. Apenas pude haberlo
restaurado cuando se volvió a romper. Quizá no había pasado el tiempo necesario
o quizá es que no era la persona adecuada. En este párrafo citaré a Sam de The Perks of Being a Wallflower (Las ventajas
de ser un marginado) “¿por qué yo y todas las personas a las que quiero
elegimos a alguien que nos trata como si no valiésemos nada?”. Aunque como pequeño
inciso, sé de una persona que si ha encontrado a la persona que le trata como
de verdad merece.
Creo
que mi problema es que soy demasiado romántico y pasional. Quizá muy joven para
serlo tanto. Y eso, a las otras personas puede llegar a asustarles. Lo siento,
pero mi concepción de amor no es pasar de una cama a la otra sin descanso. Para
mí el amor es encontrar a aquella persona que rellena tus vacíos, para que de
esa forma ambos estemos completos. Creo en el amor y en esa persona especial
que hace que te cueste respirar, junto a la que te ves el resto de tus días
feliz y con hijos.
También
por eso escribo, ya que a mí se me niega esa posibilidad, pongo mi corazón en
mis protagonistas y ellos son los ojos de la vida que me gustaría tener. Porque
sí, si analizáis con detenimiento a los personajes sobre los que escribo y no
veis a Christopher por ninguna parte, tenéis un serio problema. Y si no habéis
leído nada de lo que he escrito, tenéis un problema mucho más serio aún.
En
la búsqueda de la persona especial me he encontrado ya tantas cosas que ni me
sorprendo, pero sí hago un llamamiento a todas las personas y les insto a que
cuando no sientan cosas por otra persona lo digan y no la hagan perder el tiempo.
Menos aún que la engañen. Una vez más, he aprendido y no doy un paso adelante
si no he comprobado que el suelo es un campo verde y no un camino rocoso.
Mentiría
si digo que en 2015 no he cumplido ningún sueño, aunque sean menores. He visto una
exposición de Eurovisión, he acudido a una fiesta de temática eurovisiva,
gracias a mis niñas he podido disfrutar de un concierto en directo de Sweet
California, y hacerlo con la que ahora mismo es una de las personas más
importante en mi vida. También he podido pasar unos minutos con los chicos de Auryn
que son de lo más simpático y dan unos abrazos que te envuelven en su calor. Disfruté
como un niño pequeño, ya os dije que a pesar de dejar de lado al niño inocente,
sigue en mi corazón. Aunque, el de ver a Ruth Lorenzo en concierto quedó
frustrado… Habrá más posibilidades en 2016. Lo sé.
Gran
Bretaña, Francia y Alemania… Tres de los países que han marcado mi 2015 aunque
no de la forma que me gustaría. Aún así yo me quedo con el buen recuerdo. El
intercambio cultural es genial y te das cuenta que eres capaz de mantener
conversaciones enteras en una lengua que no es la tuya, lo que resulta
gratificante.
Por
todo esto el 2015 ha sido para mí un punto de inflexión. He soñado, he vivido,
me he equivocado, he madurado y obviado detalles que antes pasaba por alto.
Agradezco a todos los que me han dado una parte de sus vidas y sus corazones,
amigos, amigas, mi pequeña princesa, mi hermanita ;), mis princesas k-poperas,
mi eurovisiva Laurita, la gente del ejército de Merlín, mis Gleeks, los
yogurers, el equipo de eurofanweb una vez más, y a mi gente de internet: Adara de mis amores,
Yolanda, Maite, Maribel, Lidia...
Al
2016 le pido seguir escribiendo, seguir mejorando y seguir soñando, sobre todo
seguir soñando. Que 3 historias se
conviertan en 5, 10, 30, 100… Bueno, con 3 está bien que mi mente no está tan
bien organizada como la de George R. R. Martin. Le pido que me guíe en mi
camino, el camino hacia mi destino. Le pido un nuevo complemento a la fuerza y
el valor, la posibilidad de seguir creyendo “Don’t Stop Believin”.
Al
2016 le pido una escapadita a Madrid para conocer a Esperanza y algún viaje
más, que tengo gente que quiero conocer distribuida por todos los rincones de
Europa. Quizá haya escapadita en verano a Galicia… Puede ser.
Al
principio hable de 2017. Aunque queda un poco lejos aún, en verano de ese año
si tengo la posibilidad iré por primera vez a Londres, y ahora sé que tiene que
ser 2017, quizá si se da la posibilidad en 2016 la decline. De la misma manera,
2017 debe ser el año en el que se publique “My Sweet Lover” aunque esto es más
una decisión editorial y antes tengo que terminarlo. Christopher Pariente
dejará de existir por completo para dar paso a Christopher T. Rodríguez
periodista y escritor.
Si
seguís conmigo por aquel entonces, sabréis porque 2017. Hasta entonces, me despido deseándoos a
todos que tengáis un 2016 y que aquellos que lo quieran compartir conmigo,
sepan que mi corazón está abierto.
A
menos que lo quieras romper, entonces aparecerá una coraza. O saldré volando
como Peter Pan dejándote en el suelo. Una de las dos.
Christopher
T. Rodríguez